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jueves, 5 de mayo de 2016

Cuando conocí a Odile

Hace ya un tiempo, en una de esas tardes perdidas viendo el único canal informativo en abierto que queda en nuestro país de pandereta, tras aquel fatídico día en el que eliminaron de la parrilla televisiva un canal de noticias para retransmitir las "discusiones y peripecias" de 15 o 20 "monguers" encerrados en una casa las 24 horas del día, conocí el testimonio de una doctora de familia a la que, tras haberle detectado un cáncer de cuello de útero, y habérsele complicado con metástasis en pulmones y otros órganos, haber iniciado el tratamiento convencional consistente en quimioterapia, radioterapia e intervenciones de cirugía invasiva para intentar eliminar el tejido tumoral de su cuerpo, decidió, además de todo eso, cambiar muchos de sus hábitos alimentarios y de vida, propiciando que las metástasis desapareciesen de su organismo en muy poco tiempo. El programa creo que se llamaba ZOOM Tendencias y la doctora en cuestión era Odile Fernández.

El libro (lo estoy leyéndo ahora), el cual no es apto para hipocondriacos ni aprensivos lleva de título
"Mis recetas anticáncer" . No es que me haya vuelto loco, ni que ahora me vaya a volver vegano o vegetariano (no es todavía el dia para la salvación eterna de pollos, cerdos o terneras criados en A Lobeira),  ni que vaya a entregar mi vida a las dietas puramente alcalinas (las cuales por lo que he leído y consultado, son un pelín de mentirijilla) y dietas netamente purificantes y a los consejos de cualquiera que esgrima aquello de "lo 'bio' es mejor" (soy de la idea de que no siempre se cumple esta norma, es más, casi nunca se cumple. En la mayoría de los casos que nos venden algo como "bio", es porque así pueden cobrarnos más, mucho más, por lo mismo), pero (volviendo al libro) muchos de los consejos que se recopilan en él, son muy recomendables para todo hijo de vecino.







¿Por qué digo esto? Soy el primero que hasta hace menos de 6 meses, me cuidaba menos que nadie. No se bien el por qué, pero era así. Y desde siempre estoy convencido de que, independientemente de que hagamos o no vida mas o menos sana, todos y cada uno de nosotros sabemos lo que hacemos bien y lo que hacemos mal, en cuanto a hábitos saludables se refiere. En definitiva, sabemos de sobra que la panzada de cubatas que nos metíamos cuando teníamos 20 o 25 años (y que algunos todavía pecan de vez en cuando, o de muchas veces en cuando, que también hay gente con problemas) cada fin de semana, no era, es ni será un hábito saludable. Como no lo era, es ni será el comer y cenar carnes rojas con cerveza y/o refrescos azucarados durante 2 o 3 días seguidos, o incluso más (eso a veces, casi todos los fines de semana, lo hacía yo). O desyunar, comer y cenar bollería industrial, con ese aceite de palma, ese jarabe de glucosa, sus 5 o 6 azucarillos por pieza y sus grasas saturadas... pfff... ¿Qué será lo siguiente? ¿Comer azúcar, grasa o sal a cucharadas mientras vamos bebiendo agua para bajarlo y aclarar la boca? Claro que tenemos claro que todos estos hábitos no son buenos, NO ES SANO, pero por falta de fuerza de voluntad unas veces, despreocupación, olvido voluntario, desconocimiento del efecto adverso que nos acarrean o simple desinterés, nos la suda y continuamos haciendo excesos a grito de "solo se vive una vez" (curioso que la canción la cantase un grupo que se llama Azucar Moreno, que es más sano que el azúcar refinado). Nos autoengañamos con esa fabulosísima frase de autodestrucción "total por una vez no va a pasar nada". Ojo, que como ya he dicho, yo no estoy libre de pecado ni de volver a las andadas (aunque espero e intentaré por todos los medios que eso no suceda), solo plasmo aquí una realidad que en este momento de paz mental y corporal en el que me encuentro escribiendo, me salta a la mente.




Como dijo un conocido, gente que se gasta auténticos pastizales en casas seguras, coches último modelo y buena equipación de seguridad para bicis o motos, porque "hay que protegerse, que vida hay una"; y sin embargo, abusan de tabaco (cáncer de pulmón y boca, enfermedades respiratorias), abusan del consumo de alcohol (enfermedades hepáticas y diabetes), comen comidas hipercalóricas ricas en azucares añadidos (diabetes y obesidad) o en grasas saturadas (colesterol, triglicéridos y ácido úrico), abusan del consumo de carnes rojas con todo lo que ello conlleva, descuidando así la primera "casa" de la que debemos cuidar, NUESTRO CUERPO, porque si no cuidamos esa "casa", ¿de que nos valen el resto de cosas que poseemos?¿Para que necesitaremos una casita en primera línea de playa si estamos ingresados en el hospital por un amago de infarto? ¿De que nos vale el flamante último modelo de tal marca alemana de coches si en lo que nos trasladamos a diario para suplir un fallo renal propiciado (entre otras cosas, que también hay predisposiciones genéticas) por  una mala alimentación, es en una ambulancia? ¿Para que necesitamos el último modelo de Smartphone con lo último en aplicaciones de salud y deporte si lo único que hacemos es jugar a liberar caramelitos u hortalizas de una prisión?






Lo que viene a recordarnos este libro, que por supuesto os recomiendo, y el cual estoy dispuesto a dejaros si me lo pedís (cuando lo acabe de leer yo, claro está, que todavía estoy en el proceso) es básicamente, que SOMOS LO QUE COMEMOS, que cualquier hábito que conlleve una inflamación de alguna parte de nuestro cuerpo, es decir, consumo excesivo de sustancias nocivas como alcohol, tabaco, grasas saturadas, productos químicos (como los contenidos en los desodorantes o cremas corporales),  o incluso azúcares consumidos en exceso, pueden favorecer el desarrollo de enfermedades o incluso el desarrollo de múltiples variedades de tumores... ¿acaso no lo sabíais ya? Si que lo sabíais, pero no queríais rescatar ese recuerdo del fondo de la cajita en la que lo habíais puesto en lo más hondo de vuestro "armario" mental. ¿Acaso no se quedan sordos los trabajadores de un aserradero cuando no usan el equipo de protección auditiva que deben? ¿Acaso no sufren de enfermedades respiratorias todos aquellos que trabajan en ambientes saturados como panaderías, serrerías o fundiciones? ¿Es esta la primera vez que alguien asocia que una de las mayores causas de cáncer de boca, lengua o pulmón es el consumo de tabaco? Da que pensar, ¿no?




Abrid los ojos, proponéoslo, que la demostración de que es posible ya la tenéis, yo he sido capaz de dejar de fumar entre 2 y 3 cajetillas de tabaco diarias allá por el verano de 2010, le he echado cojones y he cambiado mis hábitos de vida y alimentarios en octubre del año pasado, y sigo vivo, vivo y disfrutando de una vida cojonuda en la que, usando la cabeza me puedo pegar pequeños lujos de muy vez en cuando, como el que me pegué ayer con un par de amigos y compañeros comiéndome unos huevos rotos y un pedazo de arroz con leche que podríais flipar; así que no, no os escudéis ni os escondáis tras el "tu no tienes autoridad moral porque hasta hace nada también lo hacías mal". Eso ya lo he dicho yo, no me vale, lo que tenéis que hacer, es escuchar a alguien que está dispuesto a perder parte de su tiempo animándoos desinteresadamente con su propia experiencia a comenzar el cambio, con pequeños pasitos, sin prisas, sin agobios, antes de que sea tarde (aunque considero que nunca es demasiado tarde). Os estoy hablando como si fuéseis mis mejores amigos, a los que quiero seguir viendo y con los que quiero seguir conversando durante muchos años más.




¿Continuará? Vosotros diréis...










4 comentarios:

fjmontero dijo...

Franchu, quédate de ese libro con lo bueno de comer "real food", comida de verdad y con moderación . Y de que te diera la "fuerza" para poner manos a la obra y tomar las riendas de de tu alimentación. Ahora bien, de ahí a afirmar "Mis recetas anticancer"... Buff, el título es ya bastante pretencioso, sobre todo por la falta de la evidencia científica en lo que afirma. Es peligroso porque, aunque parezca raro, hay gente que puede entender que una vez contraigo el cancer, siguiendo sus consejos podría curar el cancer mejor que con la medicina convencional.
Echa un vistazo a este enlace https://scientiablog.com/2013/10/15/los-13-asombrosas-recetas-anticancer-de-una-medico-y-el-papel-de-los-medios-de-comunicacion/ , que amplía lo que en realidad te quiero decir.
Un abrazo y sigue dándole duro ;-)

fjmontero dijo...

Un par de enlaces más. Al menos para que lo leas con tranquilidad y sopeséis con otros puntos de vista:

1.- http://magonia.com/2013/07/17/la-contra-de-la-vanguardia-promociona-la-peligrosa-idea-de-que-hay-dietas-que-curan-el-cancer/

2.- http://listadelaverguenza.naukas.com/2014/01/29/la-universidad-de-murcia-y-la-alimentacion-anticancer/

Frantxu dijo...

Claro que si fjmontero, a todo esto me refiero cuando menciono lo de que las dietas alcalinas son medio de mentirijilla y que la tia, lo que dice en todo momento en el libro es, que sin renunciar a los avances y tratamientos médicos, además, cambia hábitos alimentarios y de vida, los cuales, ella opina que deberían formar parte del tratamiento convencional. Sobre el título, nada que decir, si el libro se llamase "Recetas de Frantxu de Vivo na Lobeira, seguro que no se vendían ni 10, la editorial tuvo vista. Pero a parte de lo que haga la editorial o la propia Odile, ya que lo de las recetas anticancer ya lo esgrimía en su blog, sin volverse radicales, pienso que hay muchas cosas aprovechables y buenas en ese libro. A parte de que si esté de acuerdo contigo en lo de que, por otro lado ya hemos comentado largo y tendido con el último café, las dietas alkalinas son un "bulo" y que no hay dietas milagro, ni para adelgazar ni para curar un cancer, pero bueno. Lo bueno, a mi me ha animado. De hecho, aún no he pasado del primer tercio del libro...

fjmontero dijo...

Un abrazo Fran. Hemos de quedar para tomar otro cafe ;-)