Yo, Fran, te quiero a ti, Lucía, como esposa. Después de estos años, he aprendido a amarte cada día y a entregarme a ti. Quiero seguir con esa firmeza, serte fiel, que juntos pasemos nuestros mejores momentos y que unidos afrontemos nuestras mayores dificultades, que no dejemos de mirarnos a los ojos ni cuando estemos contentos, ni cuando nos venza el cansancio o la enfermedad. A ti hoy te ofrezco esto, es lo que tengo y puedo darte, pero quiero compartirlo contigo todos los días de mi vida.
Si, mis amados y queridísimos lectores y amigos, hace ya la friolera de 3 años que decía esto, tal día como hoy, en la no muy lograda iglesia de una parroquia del Noroeste gallego, donde hoy, 13 de Septiembre, comienza un clásico del surf; la friolera de 20 kilos de masa corporal que no me ha costado nada ganar, como si de disgustos se tratase, desde que nos unimos mi mujer y yo en semejante sagrado sacramento; la friolera de una ahijada más, Carla, que por aquel entonces asistió a nuestro enlace con una placenta, una pared abdominal y un "ombligo materno" de por medio; la friolera de toda esa gente nueva que vino a compartir sus alegrías y sus pesares con nosotros, a nuestra "Terrazas Lobeira", sin siquiera tener que hacernos de rogar, dándonos ese punto de anfitriones que tanto nos gusta a Lucía y a mi, y también la friolera de algunos "ciegos" o "indolentes" que no supieron valorar nuestra, por que no admitirlo también, a veces descuidada pero realmente sincera amistad; la friolera de una Harley Davidson, mi moto soñada, aparcada en el garaje de casa y pendiente de ser "liberada" de una limitación electrónica causada por la falta de experiencia de su inexperto "jinete";
y la friolera de mi mujer, a la que sigo queriendo como el primer día que "me declaré", dejándome sin respiranción cada uno de estos tres inviernos, al meterse en cama y pegar sus pies gélidos a los míos siempre en su punto correcto de temperatura o consiguiendo que cada día de este, por otro lado, inexistente verano, me levantase encharcado en sudor y soñando con piscinas, gracias a su socorrida "mantita de verano".
Desde aquí y para que quede constancia, aunque intuyo que por más que se lo diga, recuerde o suplique, antes nace un caimán "rosa chicle fucsia raro" que que mi mujer lea lo que escribo en este humilde y, para mi, desestresante blog.
TE QUIERO, cariño.
(solo un poquito más que el primer día, porque si pongo mucho más, a ver que te digo que no suene a farol el día de nuestras bodas de oro)
3 comentarios:
Querido esposo, marido, cónyuge o como prefieras definirte..., solo decirte que lo leí porque dijiste que no iba a hacerlo, ya me conoces, y que tu tojo de esposa te dirá en persona muchas más cosas que mil gracias y un te quiero.
QUE Bonito es el amor adolescente!!
Ojalá que sea como amor adolescente durante muchísimos años. Gracias por lo otro Adycto
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